miércoles, 5 de diciembre de 2018

Se va con mucha pena y nula gloria


Xalapa, Ver.- Si el tango narra que veinte años no es nada, quince tampoco deben serlo. Y Miguel Ángel Yunes Linares lo sabe mejor que nadie: fue el tiempo que gastó en alcanzar el gobierno estatal, su más caro sueño. El asunto es que una vez logrado, y finalizado, el sueño se convirtió en pesadilla.

Después de dos años de gobierno, Yunes Linares no cristalizó sus intenciones de pasar a la historia veracruzana como un gobernante que trajera prosperidad, armonía y paz a la entidad, o que al menos dejara el campo sembrado para un futuro halagueño.

El hoy panista deja mañana un estado en crisis total, con fuego por todos lados, gracias a una política autoritaria que le funcionó poco y mal, pues no sólo los resultados no llegaron, sino que su imagen pública quedó trastocada al punto de que no es aceptado por la mayoría ciudadana, que le probaron su descontento al votar por Cuitláhuac García y no por su hijo, al que quiso imponer, para relevarlo en el poder.

El primer gran frente abierto es el de la seguridad. Yunes tomó el tema como su principal baza para ganar adeptos y fracasó rotundamente. Los secuestros crecieron 295% con respecto al gobierno anterior al reportarse 1,562, mientra que los delitos del fuero común suman casi 82 mil, a razón de 3400 al mes, más de cien diarios.

De igual forma, de acuerdo a datos del gobierno federal, los asesinatos despuntaron en 50%, incluyéndose casos de notoriedad mediática como el de la hija de la diputada Carmen Medel. Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, el bienio de Yunes cerrará con un promedio de tres asesinatos diarios para un total de 2454.

En materia económica, el bienio sirvió para comprobar la ineficacia yunista para hacer algo favorable al tema. De acuerdo con México, ¿cómo vamos?, el estado no sólo no creció el 4.5% que prometió el gobernador, sino que globalmente perdió 1.46% por cada uno de los dos años.

Encima quedará arrastrando un déficit de 8,372 plazas laborales. Por si fuera poco, Yunes no hizo más que empeorar la deuda pública de la entidad, la cual cierra en prácticamente 5% del PIB, una de las más altas a nivel nacional.

A todo lo narrado se le sumael desaseo y las irregularidades en la Fiscalía General del Estado, las obras no entregadas, los contratos inflados y el dispendio en su promoción, así como la falta de medicinas en hospitales o escuelas sin baños o agua potable.

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