Sólo en las inmediaciones de la aldea El Rodeo (Escuintla, en el sur de Guatemala, la zona más afectada) los socorristas han localizado 29 cadáveres. Nueve de ellos ya han sido trasladados a la morgue.
El resto no pudo ser evacuado por el momento debido a que los rescatistas tuvieron que abandonar su labor por nuevos ríos de lava; los agentes están esperando reanudarla en cuanto existan las condiciones mínimas de seguridad.
El máximo responsable de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Sergio García, afirmó la noche del domingo que se contabilizaban 3.100 personas evacuadas y 1,7 millones de ciudadanos afectados por la explosión. De momento se desconoce el número de desaparecidos y el de refugiados, ya que muchos de ellos han buscado acogida en casas de familiares o amigos. Al menos tres aldeas desaparecieron bajo toneladas de ceniza.
La lluvia de ceniza afectó a por lo menos cinco departamentos (provincias), circunstancia que conlleva el riesgo de contaminación del agua potable, a la vez que pone en riesgo el sistema de drenaje, que puede saturarse. El presidente, Jimmy Morales, declaró el estado de calamidad en todo el territorio guatemalteco, algo que estaba previsto que se aprobase por el poder legislativo la tarde del lunes, en una reunión de emergencia.
En tanto, el aeropuerto La Aurora ha sido reabierto y los vuelos nacionales e internacionales empiezan a operar con normalidad.
Fuente: EL Dictamen
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