Los vecinos dijeron que previo a estas fechas año con año, ya se tenían limpias y al cambio de las administraciones municipales ni el ayuntamiento de Nogales, ni Río Blanco han llevado maquinaria para el retiro del material pétreo.
En un recorrido por la zona se logró constatar que una gran cantidad de sedimentos están en el lugar y en esas condiciones difícilmente se puede lograr el cometido que tienen las presas de aminorar la velocidad del agua al retener la cantidad de piedra y lodo que el afluente trae con las denominadas “barrancadas”.
Graba, tierra, árboles y piedras forman parte de lo que se puede ver; al margen del río se encuentran varias viviendas; algunas de condición humilde que en caso de una fuerte llegada de agua con sedimentos puede socavar y hacer que lo poco que tienen se lo lleve el afluente.
“Nos hace falta el muro de contención que nos prometieron poner”.
Los vecinos instaron a que el alcalde Guillermo Mejía Peralta de Nogales y que vivió la tragedia del año 2003 que generó pérdidas de vidas humanas y materiales se de una vuelta por el lugar, porque si bien ya están trabajando en la parte de las presas el Infiernillo, la zona baja también demanda atención.
Fuente: Crónica de Veracruz
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