miércoles, 17 de enero de 2018

Meade no levanta, AMLO soberbio y Anaya navegando en Aguas Tranquilas


"Se encienden luces rojas en el PRI y no sabemos si están de fiesta o si están pidiendo auxilio..."

CDMX.- De una manera soberbia y casi rayando en la arrogancia, "ya saben quién" decía: "El candidato del PRI no levanta, deberían de cambiarlo porque Meade no está dando los resultados que esperaban".

Días más tarde el Sol de México se atreve a dar un paso de Fe y pública una encuesta que da como resultado un empate técnico entre Andres Manuel Lopez Obrador y Jose Antonio Meade Kuribreña, con una ligera ventaja para el candidato impuesto por el "dedazo" del actual presidente, emulando los viejos tiempos del priismo.

No faltó quién saliera a escribir posts, celebrando esa breve victoria que le brindaba la encuesta - "¡ya ves!, por eso la prisa de AMLO para que cambiaran de candidato" - finaliza el post.

La frialdad de los números los posicionaba en primer lugar pero su estrategia empezó a llamar la atención, pues en una carrera, como la presidencial, bajar el paso una vez que se llega al primer lugar no tiene mucha coherencia. Al menos que sea parte de una estrategia para guardar aire y tomar impulso.

Hay diversas teorías que se manejan ante esta situación. Acontinuación trataremos de hacer mención de un par de ellas esperando abrir la puerta al análisis para poner a trotar nuestras mentes.

José Antonio Meade, fue planteado como un candidato que poseía todo aquello que se le crítico al actual presidente, tal cómo lo fue la poca preparación y el dominio nulo del inglés. Meade para muchos es un ciudadano muy aplicado, con años de experiencia en el ámbito público, una persona con herramientas para dar batalla en un debate.

A muchos les gusta aunque todavía no le han preguntado por el precio de la tortilla y por los tres libros que han marcado su vida. Aunque ya lo hemos escuchado decir, que "quiere a un Aguascalientes dónde se hable por su capacidad de generar pobreza".

Por si esto fuera poco, su designación como candidato a la presidencia fue bien recibida por el sector político, el empresarial, el académico pero todo parece indicar, que su carisma no le alcanzó para encajar en el gusto de la ciudadanía. Por lo que está dejando como resultado un sin sabor de boca, que le podría quitar sus aspiraciones a la presidencia.

Por otra parte, en su currículum carga el peso del Fobaproa, aquel fraude multimillonario que en la actualidad seguimos pagando todos los mexicanos; ser el padre de los gasolinazos, desde los tiempos de Calderón cuando la gasolina no pasaba de los 8 pesos, y el más reciente dónde de 11 pesos paso a valer casi 16 pesos; además de qué se le acusa de haberse hecho de "la vista gorda" ante los saqueos y desvíos de los Duartes, Borges y otras joyas de la política, vaya que era imposible no verlas, pues las cantidades en cuestión, no podían pasar desapercibidas.

Ante tales antecedentes, digamos que no se le puede ayudar mucho, saben que es como entregarse sin armas al rival para que esté ultimo de la estocada final.

Otra versión dice que Meade no acabó de llenar en el ojo de uno de los líderes morales más influyentes que tiene el partido tricolor, aquel al que sus adversarios llaman el innombrable. Si alguno de ustedes dudaba de la influencia de este señor, es muy probable que la opinión de él, tenga en la cuerda floja, que hasta no hace muchor era Secretario de Hacienda y Crédito Público.

Hacemos una breve paréntesis para darle paso a una breve analogía entre el PRI y un equipo de fútbol, dónde se lesiona tu jugador estrella, por quién los sustituirias, si a todos le están sacando sus historiales nada gloriosos, incluyendo a Aurelio Nuño que se le acusa de haber desviado más de 600 millones de pesos para el magisterio.

¿Pues que creen?, usaremos el término, "casualmente" sabiendo que en la política mexicana "no hay casualidades". De repente Osorio Chong presenta su renuncia a la Secretaría de Gobernación, y hasta el momento no sabemos si pronto habrá humo blanco, o rojo, en la sede oficial del PRI, ya sea anunciando al nuevo pre candidato, o si se mantiene a Meade en la pista de carreras. Aunque para muchos críticos ya es un hecho que se avecina el anuncio de un precandidato del PRI que se sumará a la contienda y muy posiblemente sea el relevo de un Meade que además del horrible sentimiento de ser reemplazado, tendrá que enfrentarse a dos denuncias penales interpuestas en su contra por el equipo de Samuel García y otros más.

Por lo pronto Andrés Manuel puede seguir allá en la cima de las encuestas, solitario con el sentimiento soberbio que le pueden dar más de 12 años de lucha en una carrera que para él sea ha convertido en un maratón, el más largo que pudo haber elegido, pero que le ha permitido conocer cada unos de los rincones del país y con ello estudiar muchas de las necesidades que tiene el pueblo, tan seguro como un joven que ya sabe las respuestas de los exámenes, no porque lo haya estudiado toda la noche, sino de tantas veces que ha intentado pasarlo, una ligera experiencia que le sirve para buscarle respuestas a los problemas y si es necesario, problemas a las respuestas.

Navegando de manera más tranquila en aguas diáfanas, el intelectual toca liras, Ricardo Anaya, aquél a que Meade lo describiera como un guía de turistas, actualmente, un simple espectador en una guerra dónde puede salir beneficiado, si los gigantes se siguen dando con todo. 

Anaya únicamente pelea con el tope del presupuesto asignado, pues de acuerdo a algunas cifras, ha sido el precandidato que más dinero lleva gastado en lo que va de la precampaña. A su vez también espera que la ciudadanía haya olvidado ese largo silencio que hizo durante los sismos, dónde todos los jefes de partido, salieron a decir que devolverían el presupuesto de sus campañas para la reconstrucción en apoyo a los damnificados. Dónde no sabemos si el mutis de Ricardo se debió a que no quería soltar el presupuesto, o si se había fugado a Atlanta, ante la situación de caos y crisis.

Escrito por: Silver H. Espinoza

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